Su nombre proviene de la palabra indígena Xelnenen que significa barro o arena y se llama así porque en sus inicios albergaba algunas canteras de piedra arenisca. A pesar de su cercanía con el centro de la ciudad, este barrio cuenta con una densidad poblacional baja y muchos habitantes se dedican a la alfarería, un oficio que se ha traspasado de generación en generación.